EL AUGE DE LA SANIDAD PRIVADA

El colapso crónico de la sanidad pública unido al miedo de muchas personas a acercarse a centros de salud y hospitales públicos por la pandemia de la Covid -19, ha hecho que el gasto sanitario privado de los españoles haya subido considerablemente.

En la actualidad supone casi el 30% del total del gasto sanitario. En los hospitales privados se atienden más de una cuarta parte de las consultas de la sanidad española, se realizan el 37% de las operaciones y se ven el 30% de las urgencias.

El pasado año el gasto medio por español en sanidad privada fue de 619 euros habiéndose, incrementado en los últimos 5 años cerca de un 17%. Madrid está a la cabeza de este gasto con una media por habitante de 815 euros/año, mientras Extremadura por su parte ocupa la última posición del entre las comunidades autónomas, con un gasto que apenas supera los 400 euros por habitante y año.

La mayor parte de este gasto, un 75%, viene por el pago directo de servicios en los centros privados, mientras que el 25% restante corresponde al pago de pólizas de seguro sanitario. Las cinco principales aseguradoras, SegurCaixa  Adeslas, Sanitas, Asisa, DKV Seguros y Mapfre acaparan casi el 75% de las primas de este tipo de seguros. En 2020 existían en España más de 11 millones de personas aseguradas con un seguro sanitario privado habiéndose incrementado este número en algo más de 400.000 personas durante el primer semestre de 2021. 

Pero ¿por qué los pacientes abandonan la sanidad pública y acuden a la privada.? Básicamente, lo que se busca es complementar los servicios prestados por la sanidad pública. Pero también se busca huir de los tiempos de demora que el sistema público tiene en realización de pruebas diagnósticas, en las consultas al especialista, o en las listas de espera para la realización de intervenciones quirúrgicas. Ni durante la anterior crisis económica los seguros privados perdieron clientes, todo lo contrario, la cifra de personas aseguradas se incrementó ligeramente.

La inseguridad que parece ocasionar los retrasos en la asistencia médica, hace que para muchas familias contar con un seguro que las permita el acceso a la sanidad privada suponga una preocupación menos sobre todo cuando hay niños por medio. Así, son las familias con niños las que en mayor número han contratado pólizas privadas de carácter sanitario en estos últimos años. Otro de los factores que parece explicar este aumento en el número de contrataciones, es el coste relativamente moderado de estas pólizas sanitarias. En España el coste medio de una póliza sanitaria suele estar de media en torno a los 65 euros mensuales, aunque este dato puede variar en función de las coberturas a cubrir, de la edad del asegurado o de si existe o no copago.

Además, la tecnificación de la sanidad privada en España ha experimentado una importante mejora también en los últimos años. Hoy en día cuenta con tecnología de vanguardia tanto en los consultorios médicos como en los hospitales, lo que permite dar una atención de calidad a los pacientes que en nada desmerece a la que se ofrece en los mejores centros públicos.

La calidad del servicio que prestan los centros privados viene acreditada por las certificaciones que estos centros poseen, acreditaciones referenciadas a normas como ISO, OHSAS 18001 o el modelo de excelencia europeo EFQM.

Como se dijo al principio Extremadura es una de las regiones de España donde menos penetración ha tenido el sector privado en el campo de la sanidad. A pesar de ello, en 2020 más de 152.000 extremeños contaban con sanidad privada. Solamente en ese año se dieron 10.000 nuevas altas, con un incremento de más del 7% con relación al año anterior. En nuestra región, el coste medio de una póliza es algo menor que la media española, pudiendo pagarse si el asegurado es menor de 40 años entre 25 y 45 euros al mes en función de si existe o no copago, incrementarse normalmente si el asegurado supera los 60 años.

En definitiva, el aumento del número de usuarios de la sanidad privada no tiene que verse desde una perspectiva de competencia con la sanidad pública, ambas son necesarias y complementarias, haciendo entre las dos accesible a los ciudadanos una sanidad de calidad.

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